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lunes, 29 de marzo de 2010

La conchuda cuñada

Es competitiva y, como el perro que mea su territorio, delimita el propio a fuerza de frases viperinas. Si existiera un conchudómetro ella alcanzaría el índice más alto. Si es la hermana del novio o marido de una, se comporta como una suerte de pareja de él. Un corno le importa quedar como una incestuosa, lo trata con una intimidad irritante. No pierde ocasión de toquetearlo ante el beneplácito de la madre de ambos que cree que ha logrado criar a dos hermanos muy unidos, sin ver que su hija sólo intenta hacernos sufrir celos. Sin hacerse jamás cargo de lo bizarro de la situación, él –nuestro novio o marido- porta un sobrenombre que sólo su hermana usa y conoce. Cuando hace poco cayó enfermo, nuestros cuidados prodigados fueron invisibilizados por con una simple frase de nuestra cuñada. “Esto no es nada, yo tuve que hacerle un enema cuando tenía 14 años”. Acto seguido, lo mira con una sonrisa cómplice y sutilmente lasciva, y le dice “Te acordás Javi?...”. En las comidas, reuniones, cumpleaños y navidades que soportamos en su presencia, reflota invariablemente alguna anécdota de ex novias de él, para ridiculizarlas primero, y rescatar algo luego, haciéndolas parecer mejores que nosotras, sin decirlo directamente. “Caty cocinaba genial”; “Lo que pasa es que La Peti era muy inteligente“ y “Nunca vi un orto como el de Silvi” , serán algunas de las virtudes consignadas de antiguas novias de nuestro novio, frente a nosotras. El término "cuñada" nos hace ruido, nos molesta y nos preguntamos si este pseudo neologismo -no figura en todos los diccionarios- reviste importancia. Es decir: ¿Para qué sirve tener cuñada?, ¿Cómo se define a este vínculo que no es amistoso, ni amoroso, ni familiar?. Sí, ya sé, es “político”. Y, hay que tratar de que no se convierta en belicoso, porque ahí sí, de ese lugar de conchudez no se vuelve más, excepto de que corra sangre. Y nos da impresión la sangre.

Aforismos y frases sic. conchudas



Sobre moda y celebridades


“La vuelta del tiro alto tarda en imponerse. Esto es porque el vientre aprisionado favorece las flatulencias”


“Hay que gente que es retro y no se da cuenta”


“El chupín en los hombres de más de setenta kilos es tan irritante para el ánimo de quien lo ve como para su entrepierna.”


“¿Por qué Jennifer López aseguró su culo y yo, que lo tengo del mismo tamaño, tengo que pagar para reducirlo?”


“No caigo más en inventos macabros como el trikini, la hombrera y el taco chupete”.




"No me vengan con Britney ni Amy, a mí dejenme con Nina Hagen"




Sobre lo que hay que enfrentar


“El acné adulto es una ironía epidérmica”. (“Le daremos batalla, como a todo”)


"La edad se podría mentir en cualquier parte del cuerpo, lástima que existen los tríceps. (“Le daremos batalla, como a todo”)


“El tránsito lento es el corset del siglo XXI” (“Le daremos batalla, como a todo”).


“Várices, arañitas, flaccidez, celulitis, pelos encarnados, estrías…¿cuántos flagelos puede acumular una sola parte de la anatomía femenina?. (“Le daremos batalla, como a todo”).

viernes, 26 de marzo de 2010

La Conchuda Triatlonista




Trabaja pocas horas como administrativa en una multinacional. Cobra un muy buen sueldo. Es divorciada y no tiene interés en rehacer su vida amorosa. O eso dice. Su existencia prácticamente se limita a entrenar, entrenar y entrenar. El resultado de este modo de vida es una musculatura notable y firme, un bronceado desmedido y el afán de superación vacuo que da la vida deportiva compulsiva pasados los 30 y realizada en forma amateur. Su salario es casi íntegramente dedicado a deliverys integrales y, eventualmente, pide algo de sushi. Otro gran porcentaje se destina a los mejores equipos deportivos de marcas internacionales. Enfrascada en este sistema de vida, no deja de pensar en su ex, y conforme va pasando el tiempo, lo idealiza en el recuerdo, pero sublima su obsesión amorosa al negar obstinadamente su despecho con un impostado sentimiento amistoso hacia él. El tipo, una vez casados, cambió y se tornó distante y algo peleador. Ella puso la otra mejilla, pero cuando ya no le quedó piel para los tormentos, él la dejó. Así, lisa y llanamente. Como si hubiera ocurrido un misterioso proceso de amnesia, ya nada importaron los momentos vividos, el noviazgo de la adolescencia, la familia, la supuesta afinidad sexual, ni los proyectos de hijos. Simplemente le dijo que quería el divorcio, que la cosa no funcionaba y que quería estar solo en forma inmediata. Punto. De nada valieron los llamados llorosos ni los intentos de dar celos al salir con su mejor amigo. Nada le importó al tipo y ninguna explicación dio a la triatlonista. Ella podría haber caído en los antidepresivos o el alcohol, pero prefirió darle el aire saludable de la actividad física a su drama.
Pasaron los años, y hoy el deporte es su mejor aliado y las zapatillas su mejor pasaporte para correr y alejarse del pasado. Cierta tarde, en la que volvía de correr por Palermo, le pareció verlo en su auto. Había pasado tanto tiempo si saber de él. ¿Era él? No estuvo segura, ella caminaba en sentido contrario al tránsito y sintió que le hacían luces. Si era él, estaba muy cambiado, tenía el pelo teñido de rubio, de la ventanilla de atrás asomaba la cabeza de un caniche, y de adelante salía un música rara, como de bailanta. Parecía otro. Tan sonriente. Qué hijo de puta.

jueves, 18 de marzo de 2010

15 cosas horrorosas en un hombre




1.- Rascar y/o frotar sus testículos mientras habla con una.

2.- Mirar de refilón a otra en mina en la calle. Sería preferible que la mirara de frente para comentarnos: "Está buena ¿no?". De refilón no nos gusta, da perverso.

3.- Justificar que miró de refilón a otra mina diciendo: " El ojo se mueve solo, por instinto".

4.- Ir por el carril del medio en Libertador a 30 por hora, onda catamarán.
5.- Fingir que nos escuchan mientras hablamos de cosas que los aburren (ex-profeso, para ponerlos a prueba).


6.- El sonoro y reiterado chasquido bucal porque se le ha quedado un cacho de vacío entre las paletas u otras piezas dentales.

7.- Hacerse el lindo en un gym.

8.- Jadear mientras levanta una carga de gran peso, aunque sea en un gym.
9.- Apropiarse de ideas ajenas. Si son de las de una, peor.

10.- Roncar (Aunque algunas conchudas también lo hacen).
11.- Ser de una obviedad extrema cuando se ponen contentos porque les damos bola.
12.- Censurar nuestra amistad con hombres muy mayores, como si fueran posibles candidatos a obetener nuestro amor conyugal.
13.- Apasionarse por cualquier actividad, persona o cosa que no sea una misma.
14.- Decirnos "Tu vieja" con un dejo de deseo.
15.- Usar muchos colores claros y cuidar escrupulosamente su pelo.






miércoles, 17 de marzo de 2010

La conchuda monotemática



No puede disfrutar de una reunión de mujeres porque sólo le interesan los tipos. Es un tipo de minita obsesiva que orbita siempre en torno a una figura masculina. No obstante, sabe muy bien que nada mejor que la ayuda de una amiga para levantar, engañar y abandonar a un tipo. En sus conversaciones más voladas, las diferencias entre los géneros la entusiasma de verdad. "Ellos sólo quieren garchar", "Ella se hace la que está bien sóla pero bien que querría un tener un chongo como tengo yo" , más otras frases de la misma índole tan clásicas y representativas de su discurso. De acuerdo a su estatus cultural, sus apentencias variarán pero siempre para converger en el amor como tema excluyente. Puede coparse con una buena novela de desencanto amoroso firmada por un francés del período romántico, o con filmes protagonizados por Drew Barrymore, telenovelas de muchachos fornidos y hasta best sellers de muy baja laya. La calidad de la obra variará de acuerdo a su background, pero la cuestión “pareja” deberá estar presente como condición sine quanon. Sus emociones, claro está, también dependen de la figura masculina que le quite el sueño. Si está por encontrarse con EL, se la ve más bella y exaltada que nunca. Si no la llama, cae en la falta de aseo y la abulia verbal. Cuando visita a sus amigas, se arregla poco y nada, porque sólo un hombre justifica el esfuerzo de usar un vestido nuevo, rubor y hacerse las raíces. Como buena obsesiva que es, adopta pequeñas mañías de apariencia inocua relacionadas a su obsesión mayor. A saber: compra ropa interior en cantidades de mayoreo, consulta el horóscopo de él y manda hacer revoluciones solares y demás conjuros que interpretará siempre melodramáticamente. No obstante, sus novios suelen quererla locamente. Es que es muy geisha la guacha. Los agasaja con comidas y bailecitos sexies, les compra calzoncillos de 90 pesos y los sorprende con conocimientos futboleros muy precisos. En fin, se pone las pilas como ninguna. Pero de tanto dar, de tanto consagrar su vida a él (sea quien fuere el afortunado), la monotemática luego de un tiempito se cansa, se embola de tanta pólvora en chimangos... Es ahí cuando cambia el rumbo y decide parar la pelota, para salir en busca de un nuevo (y viejo) objeto de deseo: el falo perdido. Y quién te dice lo encuentra...

lunes, 15 de marzo de 2010

La conchuda millonaria


Su divorcio de Antonio Perez Álzaga la dejó bien parada. Vive en un country y conduce un Mercedes coupe blanco. El aumento mamario y la toxina botulímica, se nota que los pagó un montón. "Qué tetas más logradas" dicen sus amigas. Ese grupo de conchudas wanabees que cruzan medio Buenos Aires para ir a gozar de las bondades de la mega casa de la millonaria. Cuando se pudrió todo con Antonio (Tony, of course, lo llamaba ella) da la sensación de que se prometió construir su propio Xanadu conchudo, hoy albergue temporario de la caterva de fracasadas que la rodea. Ahí hay pileta, hay sauna, hay hidromasaje, hay pool, hay humidor y bodega, hay una heladera como de kiosko con toda clase de cervezas, hay masajeadores, hay batería, guitarra y bajo y hasta un equipo bien completo de Dj. También caño (curiosamente emplazado en el cuarto de huéspedes). Es una especie de spa-telo-pirimbundín que casi ninguna conchuda de la tierra puede resistir de frecuentar, si tiene la oportunidad. Ir de compras con ella, en cambio, es altamente frustrante. Su lomazo incomparable y su billetera escandalosamente abultada, hacen que se compre de todo y que todo le quede bien. Una vez en su casa, mostrando lo que se compró, baja legranescas escaleras cien veces con distintos modelitos que incluyen tanga con cristales swarovski. Se manda a hacer books como los de las modelos y los dispone casualmente en una mesita ratona, al alcance de las manos ansiosas de ocasionales visitantes masculinos. Hombres que salen un tiempo con ella y desaparecen, aturdidos e inhibidos por sus excesos glam y de libido. También se van las conchudas cuando, hartas de sudar cerveza en el sauna, reciben un llamado proveniente de la ineludible realidad de la oficina, del marido o del colegio de los chicos. Y la conchuda millonaria tecleará en su blackberry y/o I phone, aterrada ante una inminente sensación de vacío. Pero la gente labura. Nadie está disponible. Entonces, el T.O.C que la acucia en esas oportunidades, le hará pasar Cif al jacuzzi y frotar y frotar, para dejar de sentirse tan rara y, sobre todo, para no pensar en la muerte, ni en aquella que supo ser antes de Antonio. Nostálgica, pero con el afán de encontrar la dignidad perdida, correrá como Mónica Helguera Paz en Rolando Rivas a abrazar a su rataperro, su relación más estable, su testigo fiel de tantos clarooscuros. Pasear por el jardín abrazada a Spacydog -si no pudo ser el teléfono de un hombre el que la saque de esto, ni un viaje repentino o una refacción de la refaccionada ala nueva de la casa- siempre será una tranquilizadora opción. Sentar al bicho de dos kilos en alguna mesa del Club house y tomar un té verde, la harán olvidar que, al fin de cuentas, está sola como todo el mundo. Pensará que siempre habrá medios para tapar el pozo. Siempre podrán renovarse las cosas y las amistades y los amantes. Siempre habrá un mañana. Spacydog, al verla renovar sus esperanzas en la vida, parecerá asentir, moviendo su colita de roedor peludo.

sábado, 13 de marzo de 2010

Brainstorming campamentero



Libros que una conchuda imagina publicar y agotar.


Gracias a la noche
Crónicas de excesos nocturnos vividos en los 90. El reinado de las pastillas con la vacuidad de la música electrónica, la cama solar y el 1 a 1. Las voces de tres amigas unidas por el ocio y el sufrimiento de ser hijas de funcionarios procesados, pero ricos. Miembros de la primera generación country recuerdan cómo flashearon con "The Truman Show", "Pulp Fiction" y las peleas de Samantha y Natalia en lo de Viale.

Dancing teen
Una adolescente cuyo único interés es ser la más linda de la disco. Horas de luqueo, con el detalle promenorizado de su cosmoteca, una nutrida estantería de productos de belleza que prohibe tocar a su hermano gay. El miedo al rock, a los sentimientos y a la cara oculta de Hello Kitty.


Las viudas de los viernes
Basada en una idea que Ricardo Piñeiro tomó de otra persona. Qué dicen y piensan todas esas mujeres sin pareja cuando llega el viernes a las 7 de la tarde. La necesidad de azúcar y el encierro a costa de su propia felicidad, total "mañana será sábado". Cómo vive y piensa una víctima del síndrome pre week-end.

lunes, 8 de marzo de 2010

La conchuda colgada



Nunca jamás llegó a horario ni llamó en fecha para los cumpleaños. Su actitud irrita, y luego dá lástima. No se maneja, como las personas de su target, con agenda y post it que le recuerden sus obligaciones. En la cerrajería tiene una cuenta y su DNI es triplicado. Vacila cuando le consultan las fechas de nacimiento y edad escolar de sus sobrinos, y hasta hijos. Ha pasado una gran parte de su vida en taxis y transporte público, tratando de luchar contra el paso del tiempo y las leyes físicas para llegar media hora tarde y no una a sus citas. Las asistentes de los médicos la odian por su incumplimiento reiterado de los turnos. Desarrolló un arte discursivo especial para justificar cada una de sus distracciones y retrasos. Siempre dice: “Estoy en camino”, “Llegar antes de tiempo también es ser impuntual”, “En 5 estoy” y “En una ciudad tan grande no hay tiempo que alcance”. Sus parejas y mascotas son las principales damnificadas por sus olvidos. Cuando vio que su gato Lucho regresaba de la terraza con un pedazo de paloma sangrienta en su boca, recordó que hacía días que faltaba el alimento balanceado. Su novio Aníbal no corre con mejor suerte: las dos o tres oportunidades en que la loquita colgada prometió agasajarlo con una buena cena, recordó su promesa recién a las 21:30 y terminaron pidiendo las grasosas empanadas de “El Padrino Empanadas”, como siempre. Reitera chistes y preguntas que ya nos hizo con pasmosa asiduidad. Va de vacaciones y olvida el traje de baño. Compra uno a las apuradas y va a la playa sin protección. Regresa con la piel ardiente a la cabaña donde para y nota que ha dejado la puerta abierta al salir y la televisión encendida. Tampoco ha comprado crema post solar.
Su vida se reduce más o menos a esta clase de secuencias repetidas en escenarios diferentes. Pero muy de tanto en tanto se detiene a reflexionar (suele ser después de una sucesión inverosímil de pérdidas de DNIs, llaves, tarjetas de crédito y objetos prestados) y decide cambiar. La conchuda colgada, cuando la cosa se pone espesa, cae en profundos cambios de conducta. Pero no duran mucho, como máximo un par de días. Son momentos en los que toma decisiones drásticas, en general relacionadas al orden y limpieza de su hogar. Es capaz de hundirse una compulsiva reestructuración de placares, alacenas y cajones de escritorio. Incluso los archivos de su PC serán emprolijados, depurados y ordenados escrupulosamente, para volver al caos original ni bien la colgada haya superado su crisis. Otra manifestación de sus entradas en crisis o estados de culpa propiciados por la colgadez, se expresa en la hiper planificación. De golpe y porrazo tiene organizada la agenda de todo el año, incluyendo en ella cuestiones laborales y sociales que quienes la conocen la saben incapaz de cumplir. Porque la autocrítica no es una capacidad que la colgada haya tenido tiempo de desarrollar. Estuvo muy ocupada en perder objetos, dejar gente plantada o sentarse simplemente en un banco de plaza a mirar la ontananza, sin darse cuenta de que a esa hora debería estar sentada en el asiento del dentista. La salvación de la colgada -y su redención- está dada por la esperanza vana de que, una vez muerta, hallemos en su desordenado departamento el manuscrito borroso de una obra literaria invalorable. El tesoro que olvidó mostrarnos y que, por su valor, será la indemnización moral y económica por el tiempo que nos hizo perder esperándola en vida. Que así sea.

sábado, 6 de marzo de 2010

DICCIONARIO CONCHUDO


"Amigovio": amigo que no califica más que para amigo a secas, pero
el tìpo insiste con darnos sexo ocasional. Y accedemos.

"Ansiedad": término harto utilizado para describir la vida moderna. La conchuda piensa en el bolero cada vez que lo utiliza.

"Bolike" Antro de estilo noventero pero aggiornado con aires K. La entrada está subisidiaba por el Estado Nacional y el sector VIP se abre para todos.

"Cangrejo": Alguien en quien no se puede confiar.

"Cutre": toda actitud masculina que denote tacañería, falta de gusto en el vestir y poca creatividad en las propuestas de salidas.

"Chungo": Persona, barrio, actitud o evento turbio y aterrador, si se lo analiza bien.

"Eleven": Es el barrio de Once en Buenos Aires. Pleno de puntos de interés. La cosmpolita Plaza Miserere y sus reuniones evangélicas. Afroamericanos sensuales que venden bagatelas brillosas y un sin fin de tiendas donde derrochar el tiempo y multiplicar el dinero. Suelen verse mujeres rascando percheros y canastos con ropa, presas de la ansiedad y frustración de vivir.

"Fostro/fostrear" : Persona que excedida o no de peso, se comporta como falta de energías suficientes para encarar el día a día.

"Tupir": romper las pelotas. De la trasmisión oral de Alma Vilela, psicoanalista oriunda de Salto, prov. de Buenos Aires, en donde se utiliza el término.

"Robot": persona empastillada que, en un club nocturno, baila durante horas. También dícese de los hombres que salen con una, y una, al encontrarlos en situaciones comprometedoras, los ve inarticulados y torpes.


"Salchicha parillera": Deformidad que crece sobre los huesos de la cadera a partir de los 30 años. A veces antes. Su presencia se hace más flagrante con jeans de tiro bajo.

"Riki": Marihuana

"Vecchio": hombre de más de 40 años que se dirije a su novia más joven con apelativos como "Bebe", "Bonita" y como piropo repite "Pedazo de mujer". El término surgió de un grupo de amigos de los 90.

"Sagra": Más grasa que un grasa.

"Suelta": Mujer vital, coqueta, desenfadada y ligeramente idiota.

"Bohemio": Eufemismo para aludir al alcohólico, vagoneta que se viste medio raro y escapa a la ducha.

"Troy Mc Clure": Persona que repetidamente tiene que aclarar quién es porque nadie recuerda su nombre, pero sí su cara.

viernes, 5 de marzo de 2010

Conchuda Mag



Salió el primer número de Conchuda Mag!

La revista que trabaja con tu yo interno y lo llena de cosas.

No te pierdas esta edición lanzamiento con :
"Rincón masoquista"
un lugar para hablar de todos los tipos que no te dan bola.
También
"Si yo hubiera"
la sección fija en donde las lectoras deprimen a otras contando sus constantes y repetidos fracasos.
Además:
basta de reprimir las emociones, te enseñamos cómo estar mal y sumergirte en la mierda con la nota
"Tres pasos hasta fondo del tacho".
Y, la imperdible doble página de Recomendados:
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el best seller de auto-ayuda del médico que trasplantó a Sandro.
Pero eso no es todo. Las conchudas queremos PENSAR: no dejes de leer la interesante sección
"Actualidad hoy",
que te presenta el boom del "Socialismo de mercado". Enterate cómo Michele Bachelet, José Pepe Mujica y Lula Da Silva se hicieron querer por el establishment. Dos guerrilleros y un tornero que hiceron la diferencia.
Documento especial para coleccionar:
"Cris Morena nos cuenta"...
Nos cuenta cómo ser joven, rica y salir con pendejos toda la vida.
No te pierdas este lanzamiento que trae de regalo una sopapa retro re trendy. Sí, como la que usaba tu mamá en los setenta pero como la que venden en Puro Diseño!!
Conchuda Mag, a sólo 90 pesos. Se agota, como vos!