Seguidores

sábado, 31 de julio de 2010

Bajezas y autojustificaciones conchudas


“El rollito con forma de salchicha que me sale en la cintura es una reserva del organismo”

“Las ojeras son glamorosas, dan idea de cierto reviente sexy”

“Hay un tratamiento que posta cura la celulitis, pero es muy caro y yo soy pobre”

“Hay que ser muy frívola para estar en forma. Y yo soy muy profunda”

"¿Por qué tengo que preocuparme si no me depilé?, él me tiene que querer como soy”

“Las mujeres, con los años, nos ponemos mucho mejor”

“Yo no quedé porque ella se acostó con el director”

“No estoy al pedo como ella para dejar la casa siempre tan ordenada”

martes, 27 de julio de 2010

La Peter Pan ñoño nerd

De lejos, se la puede confundir con un Flogger de 14 años. Pero es una mujer de 30. Su corte de pelo y su ropa talle 0 se inspiran en el Animé japonés. En la biblioteca, las mesas de luz y el botiquín de su baño, hay Legos y Playmovils. También atesora varios juguetes de colección como yo-yos, trompos, casi todos los personajes de Dragon Ball Z -incluidos los secundarios como Yayirobe o Yam-Ya, en la traducción mejicana- y una añeja botellita vacía del perfume de Los Pitufos. Va a fiestas electrónicas pero no toma pastillas, ni Poper, ni Speed, ni nada. Es una gran lectora de ciencia ficción y novelas de aventuras. De memoria se sabe diálogos de La isla del Tesoro y Los tres Mosqueteros. Ve toda clase de dibujos animados y se mata antes de perderse el estreno de filmes como Harry Potter, el Señor de los anillos o Piratas del Caribe (cabe aclarar que en este último caso, el interés por la película se achica frente al placer de ver a Johny Depp que experimenta el 99 por ciento de las conchudas). Su colección de historietas abarca a las Fierro de los ochentas, las Kiss españolas (porque como buena conchuda no le hace asco al sexo dibujado), decenas de Mangas y todo sobre superhéroes. Ella misma dibuja muy bien y en su cartuchera de Kitty guarda muchos lapicitos de punta inquietantemente afilada. Le gustan los stikers, los pins, los piercings, los tatoos y otras tantas cosas que se dicen en inglés. Es magistral en los videojuegos, pesa menos de 50 kilos y no tiene vergüenza de comerse un chupetín en una vernisagge o un concierto. Mientras millones de conchudas han elegido la cirugía estética para resistir el paso del tiempo, la Peter Pan ñoñoñerd prefirió actuar como una niña pero con todos los permisos y comodidades de los grandes.

viernes, 23 de julio de 2010

La conchuda Doris Day


La queremos. ¿La queremos?. Sí, claro, aunque no sepamos bien porqué. No es mala mina, ni jodida, ni cizañera, ni chismosa: es sólo, hummmm, en fin, es como es. Cuando la visitamos, el tiempo se estira como un bazooka jirafa. Queremos contarle alguna de nuestras aventuras, dilemas o transgresiones y ella, apenas esbozamos la primer palabra, cambiará de tema. Es como si quisiera decirnos: “No me contamines con tu vida licenciosa”, en una abierta actitud de defensa e intrínseca animosidad hacia cualquier cosa que la saque de su razonamiento habitual de 5 o 6 verdades que coinciden con el deber ser . En general ,se dedica a la casa y a los chicos. Es la amiga santurrona con la que no podemos contar para nada que se asemeje a la emoción. No obstante, cabe aclarar que es sensible, pero sólo con los niños, los ancianos, las publicidades efectistas, el sonido del Himno nacional y los filmes de Disney. El sufrimiento humano conocido como neurosis le es ajeno. Y cualquier problemática social le es completamente indiferente. Tampoco será posible oírla lanzar frases estimulantes y muy comunes entre otras conchudas como “Sentate porque te vas a caer de orto cuando te cuente" o, un simple, pero prometedor “A que no sabés lo que me pasó” . No y no. No se debe esperar nada de ese tenor. Si las circunstancias la llevan a lidiar forzadamente con una amiga angustiada, abrirá los ojos de vaca para mirar, muy ausente, a su interlocutora esperando que el ruido del lavarropas le indique que el lavado ha finalizado. La amiga sufriente por las consecuencias de sus propios actos non santos y de su adicción a los hombres que no pintan para buenos maridos, sentirá un enorme vacío, o mejor dicho, una mezcla de vacío y somnolencia que ni la más fuerte droga le ha generado jamás. Cada encuentro, será regado de algo de incomodidad por lo descontextuado de la propia vida en relación a la suya, junto a cierto afecto ganado por el paso de los años. Por su parte, la conchuda Doris Day al oír las penas de la pobre descarriada, sin un dejo de pasión y sí tal vez emulando a una eficiente cajera de supermercado, al fin, se limitará a decir: "Te lo dije. No ibas a llegar a ningún lado con ese tipo". El diálogo termina cuando su marido-¿ gay?- ingresa a la pulcra cocina y, mientras se sirve un vaso de agua saborizada de uva, nos pregunta: "¿Y Debby, cómo vas con los candidatos?". Sin esperar respuesta, insistirá. " Dale, a ver cuándo te conocemos uno piola. ¿Y ése que veías a la tarde, los miércoles nada más..? "

viernes, 16 de julio de 2010

Diccionario conchudo sobre dulces (sin orden alfabético exacto)

Chocotorta: Postre favorito de los bares gay friendly y los cumples infantiles.



Dulce de leche: Orgullo nacional.


Ferrero Rocher: Exquisitos bombones de Nutella y avellana que, sin embargo, sirven de excusa para dejar de ver al tipo que nos los trajo de regalo con cara de campeón.


Oreos: Ícono yanky. Muchas conchudas las consumen de puro vicio, pero convencidas de que las nativas "Melbas" o "Rumbas" son admirablemente superiores.


Fizz: Los mejores caramelos que se hicieron nunca jamás. Excepto los de sabor naranja.



Manón: galletitas que hacen pensar en un colegio del Estado, durante la presidencia de Alfonsín.


Mielcitas: Aberrante líquido denso que se sorbe de un plástico manoseado por cientos de personas. Las hay rojas, verdes y amarillas.


Minitorta o cualquier alfajor triple: Único bocado capaz de ayudar a ciertas conchudas a refrenar sus impulsos de violencia conyugal, familiar y/o social en general.



Naranjú: Frustrante compra de progenitores ante el pedido de helado por parte de su hija de 10 años. Al igual que las milecitas, lleva enormes proporciones de colorante y se sorbe de un plástico manoseado por cientos de personas.


Pastillas Renomé: Pasarán a la historia universal como una línea del tema de Los Twist "Pensé que se trataba de cieguitos"


Refresco: Caramelos deprimentes que suelen habitar las carteras de conchudas muy ancianas. Con ellos, convidan a sus sobrinos nietos.

Caramelos 1/2 hora: amados por una de las conchudas que escribe este blog y vilipendiados con desmedida saña por la otra. La prueba de ello está en la omisión que ahora me encargo de reparar, al agregar a la lista esta delicia de anís. La que los ama los consigue en un reducto mayorista de venta al público ubicado en Once. Un comercio, plagado de tías abuelas que han vagado por distribuidoras hasta dar con el estante más lejano, aún cuando esta golonisería hoy privilegie los chupetines de dragon ball y horrendos mashomellows. Mal que le pese a la joven empleada del local mecionado, los fieles amigos del caramelo del relojito, no somos fáciles de conformar y/ o diasuadir, por lo que nos seguirá viendo, mes a mes, para renovar la caramelera de casa.

martes, 13 de julio de 2010

Las conchudas y el CHAT

yo: che
una cosa conchuda
nancy: q
yo: "cuando tengo el pelo genial, tengo la piel mal. Y viceversa"
nancy: deprimente
yo: hoy tengo el GRAN pelo
nancy: y acné!
yo: Sí, mientras bamboleo la melena al ritmo de "solatate con Wellapon" mi rostro ostenta barritos por doquier
nancy: yo en cambio tengo frizz pero la cara basatnet decente
yo: acabo de descubrir
nancy: que es la ovulación la q trae granos tb
yo: No, acabo de descubrir que existe la paradoja capilodérmica de la conchuda. Es como un gataflorismo estético o un bovarismo, como quieras
nancy: ya tenemos un post

miércoles, 7 de julio de 2010

La conchuda fálica





Nada, ni nadie, nunca jamás, hará algo por ella. Primero, porque jamás delega, excepto que, por ejemplo, se esté hundiendo en un crucero y deba pedir un salvavidas; aunque es más probable que rompa a patadas la proa y salga sola con fuertes brazadas. La conchuda fálica tiene un molesto lema: “Nada de lo que puedas hacer por vos misma, se lo encargues a otros”. De modo que lleva una vida sumamente intensa en la que sabe hacer de todo y, claro está, siempre tiene la razón. Una conchuda insoportable, pese a que, no nos engañemos, resulte cómodo recostarse de vez en cuando en ella para dejar que decida y opere en nuestra confusa y desorganizada existencia cotidiana. “Dejá que te lavo yo los platos”, dirá en aparente actitud solidaria. Pero, be carefull, nada es gratis en esta vida, y la conchuda nos hará pagar, tarde o temprano, "el favorcito" con intereses. ¿Cómo? Muy simple, haciéndonos notar nuestra propia pereza e ineptitud de modos sutiles, como quien no quiere la cosa. Mellando día a día nuestro inseguro carácter. Nos insistirá: “En serio: dejá que yo los lavo en un minuto” o, “No, lo hago yo, vos quedáte sentada que tenés una carita de cansada. ¿Te viste las ojeras?”.
También será capaz de organizar nuestra rutinas cotidianas con impune estilo intervencionista: “Si te parece te anoto al chico en tenis, no me cuesta nada, le va a venir bien hacer deporte para tener energía, no querrás que termine aplastadito como vos”. Tal vez para asentarse aún más en su postura, la conchuda fálica se ensaña en especial con las conchudas que acusan tendencia a la inercia y al cultivo de cierto espíritu bucólico. Es por eso que se debe estar muy atenta a su influjo, ya que, fálica como es, tomará el poder ante el mínimo descuido ajeno y, casi como un emperador romano o algún monarca absolutista, lo hará valer a rajatabla. Con su energía desmesurada y sus frases solapadamente descalificatorias, ganará terreno, miles de hectáreas de nuestra personalidad que nunca nos ocupamos de sembrar. Ella logrará transformarnos en uno de esos prisioneros de Platón, pero sometido a su sombra. O, peor, hará que terminemos como la hermana de Bette Davis en el filme Baby Jane, la infeliz criatura a quien la legendaria actriz mantenía encerrada en una habitación.
Un día cualquiera, sus manos moverán las nuestras y será la firme voz de la fálica la que brote cuando movamos la boca, infelices y entregadas, como decadentes chirolitas. Estemos atentas.

viernes, 2 de julio de 2010

10 bajezas inconfesables, parte 2

1.- No advertir a una amiga sobre el trozo de lechuga que tiene en el diente porque nos da gracia verla así.

2.- No poder cambiar de canal si el que se encuentra en pantalla es Sergio Dennis haciendo playback de alguno de sus hits.

3.- Hacer regalos de cumpleaños (ropa, libros, lo que sea) especulando con que se nos presten después.

4.- Estar completamente convencida de un complot internacional para que el mundo acabe. En breve.

5.- Sentir una extraña identificación con Coco Sily cuando toquetea minas en el programa de Fantino.

6.- Querer ocultar la falta de lavado capilar apelando a un peinado estrambótico, onda diseñadora de Palermo.

7.- Salir al kiosko a altas horas de la noche en busca de un chocolate de 100 en gramos, con camisón, campera y zapatillas de nuestro marido sobre las pantuflas propias de estampado animal print.

8.- Ser capaz de desayunar cualquier comida fría, si viene con café con leche. Se incluyen vacío a la parrilla y ravioles cuatro quesos.

9.- Eludir sistemáticamente la devolución de un jean a nuestra amiga con excusas que nos llevan a evitar verla.

10.- Herir de muerte los sentimientos de otras personas cuando estamos con síndrome pre-menstrual o tenemos mucho hambre y sueño. Es como una descarga.