No puede disfrutar de una reunión de mujeres porque sólo le interesan los tipos. Es un tipo de minita obsesiva que orbita siempre en torno a una figura masculina. No obstante, sabe muy bien que nada mejor que la ayuda de una amiga para levantar, engañar y abandonar a un tipo. En sus conversaciones más voladas, las diferencias entre los géneros la entusiasma de verdad. "Ellos sólo quieren garchar", "Ella se hace la que está bien sóla pero bien que querría un tener un chongo como tengo yo" , más otras frases de la misma índole tan clásicas y representativas de su discurso. De acuerdo a su estatus cultural, sus apentencias variarán pero siempre para converger en el amor como tema excluyente. Puede coparse con una buena novela de desencanto amoroso firmada por un francés del período romántico, o con filmes protagonizados por Drew Barrymore, telenovelas de muchachos fornidos y hasta best sellers de muy baja laya. La calidad de la obra variará de acuerdo a su background, pero la cuestión “pareja” deberá estar presente como condición sine quanon. Sus emociones, claro está, también dependen de la figura masculina que le quite el sueño. Si está por encontrarse con EL, se la ve más bella y exaltada que nunca. Si no la llama, cae en la falta de aseo y la abulia verbal. Cuando visita a sus amigas, se arregla poco y nada, porque sólo un hombre justifica el esfuerzo de usar un vestido nuevo, rubor y hacerse las raíces. Como buena obsesiva que es, adopta pequeñas mañías de apariencia inocua relacionadas a su obsesión mayor. A saber: compra ropa interior en cantidades de mayoreo, consulta el horóscopo de él y manda hacer revoluciones solares y demás conjuros que interpretará siempre melodramáticamente. No obstante, sus novios suelen quererla locamente. Es que es muy geisha la guacha. Los agasaja con comidas y bailecitos sexies, les compra calzoncillos de 90 pesos y los sorprende con conocimientos futboleros muy precisos. En fin, se pone las pilas como ninguna. Pero de tanto dar, de tanto consagrar su vida a él (sea quien fuere el afortunado), la monotemática luego de un tiempito se cansa, se embola de tanta pólvora en chimangos... Es ahí cuando cambia el rumbo y decide parar la pelota, para salir en busca de un nuevo (y viejo) objeto de deseo: el falo perdido. Y quién te dice lo encuentra...
miércoles, 17 de marzo de 2010
La conchuda monotemática
No puede disfrutar de una reunión de mujeres porque sólo le interesan los tipos. Es un tipo de minita obsesiva que orbita siempre en torno a una figura masculina. No obstante, sabe muy bien que nada mejor que la ayuda de una amiga para levantar, engañar y abandonar a un tipo. En sus conversaciones más voladas, las diferencias entre los géneros la entusiasma de verdad. "Ellos sólo quieren garchar", "Ella se hace la que está bien sóla pero bien que querría un tener un chongo como tengo yo" , más otras frases de la misma índole tan clásicas y representativas de su discurso. De acuerdo a su estatus cultural, sus apentencias variarán pero siempre para converger en el amor como tema excluyente. Puede coparse con una buena novela de desencanto amoroso firmada por un francés del período romántico, o con filmes protagonizados por Drew Barrymore, telenovelas de muchachos fornidos y hasta best sellers de muy baja laya. La calidad de la obra variará de acuerdo a su background, pero la cuestión “pareja” deberá estar presente como condición sine quanon. Sus emociones, claro está, también dependen de la figura masculina que le quite el sueño. Si está por encontrarse con EL, se la ve más bella y exaltada que nunca. Si no la llama, cae en la falta de aseo y la abulia verbal. Cuando visita a sus amigas, se arregla poco y nada, porque sólo un hombre justifica el esfuerzo de usar un vestido nuevo, rubor y hacerse las raíces. Como buena obsesiva que es, adopta pequeñas mañías de apariencia inocua relacionadas a su obsesión mayor. A saber: compra ropa interior en cantidades de mayoreo, consulta el horóscopo de él y manda hacer revoluciones solares y demás conjuros que interpretará siempre melodramáticamente. No obstante, sus novios suelen quererla locamente. Es que es muy geisha la guacha. Los agasaja con comidas y bailecitos sexies, les compra calzoncillos de 90 pesos y los sorprende con conocimientos futboleros muy precisos. En fin, se pone las pilas como ninguna. Pero de tanto dar, de tanto consagrar su vida a él (sea quien fuere el afortunado), la monotemática luego de un tiempito se cansa, se embola de tanta pólvora en chimangos... Es ahí cuando cambia el rumbo y decide parar la pelota, para salir en busca de un nuevo (y viejo) objeto de deseo: el falo perdido. Y quién te dice lo encuentra...
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8 comentarios:
Es una mezcla de mi vecina con mi vieja.
*suspiro*.... Ahhhhh, quien pudiera volver el tiempo atras y volver a ser AQUELLA conchuda monotematica...
♪ Pussy control ♫
Oh, si Betiana. Muy cierto, a determinada altura del partido, los hombres no pueden ser el único tema ni a palos. Quedan cortos no?
queridas conchudas:
una visión subjetiva de alguien que las quiere bien,
las veo en un perfil muy duro con sus conchudaneas, ya se enojo la conchuda nona dogma y a la millonaria y a la monotematica le dan para que tenga y para que guarde, me parece que a sus conchudas anteriores les tenían un poco mas de compasión y de cariño...
o me estoy perdiendo algo por no ser del palo?
Te parece Fracis? Leé el siguiente post que ahí le damos duro a ustedes también.n
Francis estamos todas acá.Nadie se salva. Salvo la que no tenga humor.
que vendría a ser la conchuda agreta!!!
no?
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