Es una persona que no piensa como Spinetta. Piensa: ” Ayer fue mejor”. Una actitud enajenada del presente que la hace caer en excentricidades. Es capaz de pasar horas, calculadora en mano, haciendo cuentas para comparar cuánta guita se gastaba en el uno a uno y cuánta se gasta ahora, en vivir. Es de tirar frases como “Si hubiera hecho tal cosa, hoy sería, tal otra” o “Antes se comía mejor carne” y “Ya no hay respeto por nada”. Y llega a la cumbre de su compulsión de mirar hacia atrás con un rasgo excluyente: es él único tipo de conchuda capaz de enamorarse retrospectivamente. Un día va en su autito a visitar a alguien y se pierde hasta llegar a un lugar o a un barrio al que no iba hace mucho tiempo. En barrio en el que había conocido a Juan. Ambos tenían entonces 15 años. Aunque en los últimos 19 no se acordó de él, el barrio, con sus casitas bajas, las araucarias de la plaza, algún pendejo en bicicleta, un panadero que vuela, la transportan a aquella tarde romántica en que se dieron un beso. La conchuda retrospectiva frena su autito provocando otras frenadas en la calle, y se da cuenta: nunca pudo hacer pareja con nadie porque sigue enamorada de Juan. Tiene que ser así. El pasado debe explicar los problemas del presente. Esa noche, al llegar a su casa, inicia una búsqueda frenética a través de agendas viejas, Facebook y cualquier otra red social de Internet. Llega a hablar con padres de viejos amigos en común y a leer la guía, como se hacía a principios de los noventas. Tres días después, logra ubicarlo, chatean. Los dos están solteros y quedan para ir a comer. En el colmo de la retrospección, la conchuda se hace un jopo, se hace las uñas nacaradas y agrega bandana y aros argolla. Sale para el restaurante. Una vez que está en la puerta, le cuesta creer que ese señor de traje y calva innegable que pretende ocultarse bajo una raya muy pero muy al costado, sea el mismo adolescente ardoroso con el que conoció las matinés, los patines sobre hielo, las canciones de Erasure que hoy vuelven a usarse en propagandas. La conchuda retrospectiva podría dejarse de joder un poco y vivir el aquí y ahora, pero preferirá seguir mirando atrás, anhelando lo que en realidad no fue, haciendo lo que sea para no hacerse cargo del momento.
lunes, 7 de junio de 2010
La conchuda retrospectiva
Es una persona que no piensa como Spinetta. Piensa: ” Ayer fue mejor”. Una actitud enajenada del presente que la hace caer en excentricidades. Es capaz de pasar horas, calculadora en mano, haciendo cuentas para comparar cuánta guita se gastaba en el uno a uno y cuánta se gasta ahora, en vivir. Es de tirar frases como “Si hubiera hecho tal cosa, hoy sería, tal otra” o “Antes se comía mejor carne” y “Ya no hay respeto por nada”. Y llega a la cumbre de su compulsión de mirar hacia atrás con un rasgo excluyente: es él único tipo de conchuda capaz de enamorarse retrospectivamente. Un día va en su autito a visitar a alguien y se pierde hasta llegar a un lugar o a un barrio al que no iba hace mucho tiempo. En barrio en el que había conocido a Juan. Ambos tenían entonces 15 años. Aunque en los últimos 19 no se acordó de él, el barrio, con sus casitas bajas, las araucarias de la plaza, algún pendejo en bicicleta, un panadero que vuela, la transportan a aquella tarde romántica en que se dieron un beso. La conchuda retrospectiva frena su autito provocando otras frenadas en la calle, y se da cuenta: nunca pudo hacer pareja con nadie porque sigue enamorada de Juan. Tiene que ser así. El pasado debe explicar los problemas del presente. Esa noche, al llegar a su casa, inicia una búsqueda frenética a través de agendas viejas, Facebook y cualquier otra red social de Internet. Llega a hablar con padres de viejos amigos en común y a leer la guía, como se hacía a principios de los noventas. Tres días después, logra ubicarlo, chatean. Los dos están solteros y quedan para ir a comer. En el colmo de la retrospección, la conchuda se hace un jopo, se hace las uñas nacaradas y agrega bandana y aros argolla. Sale para el restaurante. Una vez que está en la puerta, le cuesta creer que ese señor de traje y calva innegable que pretende ocultarse bajo una raya muy pero muy al costado, sea el mismo adolescente ardoroso con el que conoció las matinés, los patines sobre hielo, las canciones de Erasure que hoy vuelven a usarse en propagandas. La conchuda retrospectiva podría dejarse de joder un poco y vivir el aquí y ahora, pero preferirá seguir mirando atrás, anhelando lo que en realidad no fue, haciendo lo que sea para no hacerse cargo del momento.
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11 comentarios:
que linda la imagen de una conchuda que se sigue peinando el hopo con jabón blanco para que le quede durito y le dure toda la noche, no como las conchudas neo-ochentosas que se aplican spray caro de peluquería palermitana y encima se les cae antes de entrar a la boite... revindico a este tipo de conchudas fieles a su conchudez intachable.
Barbara a los Treinta http://barbaralostreinta.blogspot.com/
antes escribían mejor, y aparte era verano y hacía más calor, y estábamos de vacaciones, y me hace acordar a cuando era chico que todo era más facil, y me acuerdo de cuando leía Nippur Magnum y no me complicaba tanto la cabeza, y recuerdo que en el pasado las cosas eran más faciles, y , y , y .......
Carrie, te estoy esperando en preguntaleafrancis.blogspot.com, mucho bla, bla pero ninguna pregunta.
Es que hacerse ese viajecito en auto (llámese red social tb) a los barrios-épocas de antaño a veces es tan tentador...
Como seguro es que aquel otrora jovenzuelo al que amábamos con insistencia y que tanto prometía ahora es el calvo panzón que se puso el quiosco que está al lado del otrora cine al que ibas en la actualidad templo evangélico que va por el tercer matrimonio y tiene media docena de niñitos y ya no puede divorciarse otra vez porque no le da el cuero para mantener tantas casas y tantos hijos... y sueña con verte aparecer en ese autito dando un paseo nostalgioso estilo "a los jóvenes de ayer" porque cree que puede reeditar esos besos primeros de lengua y esos tanteos pseudosex de penumbra de cine para concretar al fin ese suspendido conatosex y darle un alegrón a su patética vida y...
Por eso mis queridos conchudas-os, yo no tengo facebook.
Ok, esta noche me doy una vuelta Fran. Pasa que le comenté a Peggy Sue q te independizaste y tenés blog propio, y hacia allí fue acaparando -como suele hacer esa tetona fellinesca- toda tu atención.
Pero yo sé que -como reza tu frase leit motiv "el saber no ocupa lugar"-, vos te vas a encargar de satisfacer con tus respuestas a todas nosotras.
a vos se te lee bastante satisfecha con tu sr. grande...
y de tu amici Peggy Sue ya ya la atendí como buen caballerito que soy.
Y quiero revindicar a los amantes del pasado, que no todos estamos panzones! el VO2 me dió mejor ahora que a los 27!!!!
Of course Francis, Carrie también reivindica historias del pasado (no siempre pisado), y para dichos fines conserva su diario íntimo y anda buscando por los mercados de pulgas una bella mecedora que la hamaque en la relectura de sus recuerdos, cuando sea muy vejeta y el alzheimer le haga olvidar lo bien q la pasó, pero:
La conchuda muy retrospectiva, perfil que se ha trazado en esta columna, es de esas que no captaron el verso sabinesco "no hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió."
¿Así que vos ni pizca de parecerte al del kiosco?
Parafraseando a una amiga querida,
estoy mejor ahora que a los 30!
y para un romantico perdido que mejor que añorar lo que nunca sucedió, nada puede ser más perfecto en la memoria que ese momento mágico en el cual cambiamos la historia que fue por la que pudo haber sido si hubiesemos hecho lo que hoy sabemos que deberíamos haber hecho.
Y para rematar en linea con tu calvo kiosquero:
La experiencia es un peine que te regalan cuando te quedás pelado, decía un sabio ( no Sócrates, no Platón)
sino Ringo Bonavenna.
Conocía la anécdota de Ringo, la escuché a la entrevista en Radio Nacional hace poco. No te hacía tan romántico Fran, al punto de ser adalid de idealizaciones. García Márquez dice q las historias q vivimos no son las que vivimos sino las q recordamos... y la corto acá, a ver si me sale un aforismo naroskiano...
No, no la corto nada, Ade, Nancy, Nora, Rita, Molina y etc, ¿se animan con una reivindicación amorosa retrospectiva pública?
Francis, me encanta corretear con vos por los vericuetos virtuales. Buscame en "Preguntale a..", ya me di una vuelta.
Carrie,sí a todo lo que digas. Francis, quise dejar un comentario en tu blog en dos ocasiones y no me lo permitió ¿qué onda?
Nancy sin logueo, pues me da fiaca
AY AY AY... Si pudiera hablar libremente... Que habras sentido cuando leiste la definicion de la "conchuda retrospectiva" querida amiga. Se cayo alguna lagrimita por ahi? O te habras sentido (paranoia de por medio) reconocida de inmediato?. Te han definido a la perfeccion. Les falto el rincon de los muertitos.
Nancy querida,
no tengo la menor idea,
de hecho no manejo muy bien todavía como funciona el sistema, pero estuve probando y se publican los comentarios, no se porque tengo la mala suerte de que no me puedas dar tu aporte que seguramente será inteligente y lindo como vos.
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