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viernes, 12 de febrero de 2010

La anti age



Su rostro permanece intacto a pesar del transcurso de los años. Sus pechos, turgentes. El pelo, tan libre de canas como de tinturas. Ostenta un cuerpo fibroso a pesar de no conocérsele afición alguna por la actividad física. La ausencia de decrepitud se expresa hasta en los más mínimos detalles: nunca tiene ojeras, luce un tono rosa aniñado en sus mejillas y sus dientes parecen de leche. Es tal la envidia que despierta su impúdica juventud en el resto de las mujeres, que sobre el tema no tardaron en tejerse conjeturas en un afanoso intento por descubrir la causa de su notable lozanía. “Algo siniestro oculta ” se repite a sus espaldas. La habladuría más habitual, señala a la Anti Age como a una gran ocultadora de datos relacionados al mundo de la estética. Se rumorea que hace viajes relámpago a lejanos centros de rejuvenecimiento, provistos de la más alta tecnología . Pero, lo que más inquieta de esta conjetura, es no imaginar cuál sería su modo de financiamiento. Se sabe que la anti age carece de recursos suficientes para hacer frente a tan onerosos itinerarios. Pero, no obstante existen voces que aseguran tener la respuesta a este interrogante. Lapidarias, algunas conchudas sostienen que ella obtiene el dinero que solventa su fuente de eterna juventud a partir del oficio más viejo del mundo. Pero, a su vez, dentro de este grupo hay una facción moderada que disiente con la versión de la prostitución ortodoxa, para acuñar una nueva teoría. Esta última postura, más cauta, plantea que la Anti Age recurre a un único cliente. Se trataría de un anciano millonario que operaría como benefactor y, al tiempo, sería un natural usufructuador de los beneficios de su inversión. Gracias a esta relación, la anti age podría erogar el dinero suficiente para los costosos tratamientos. Pero, además de los grupos mencionados con sus teorías y respuestas al interrogante de la eterna adolescencia, existe una suerte de elite cuya posición, podría decirse, como un poco más extrema. Es un grupo de mujeres que se inclinan a creer que hay un horrible secreto con el que ella alcanza la maravillosa apariencia cuasi infantil. Esta teoría esconde una historia detrás:
Érase una noche en la que la fundadora de esta corriente (la corriente que dice que la anti Age esconde un horrible secreto), completamente desvelada, se acercó a su biblioteca en busca de algo con qué distraerse. De un estante, misteriosamente, cayó un ejemplar de una novela cuya lectura revelaría el porqué de la belleza y juventud inagotables de su amiga. Las páginas de ese libro relatan la vida de Erzébet Bathory, una condesa húngara que inspiró a la novela “La condesa sangrienta” de la escritora francesa Valentine Penrose. El libro narra la truculenta historia real de una aristócrata nacida en Transilvania, quien, un día, por accidente, descubrió que su piel quedaba lustrosa luego haberse salpicado con sangre proveniente de la herida de una joven doncella.
A partir de este episodio, las mujeres de la elite extrema que rodea a la Antiage sostienen que ella haría exactamente lo mismo que la condesa mencionada. Todas comentan a sotto voce que la anti age obtiene su elixir humano de modos que nadie desea conocer, porque, por suerte, confían en encontrar trocar a sus maridos por un buen anciano que las proteja, con su fortuna, de hacer cosas tan espantosas como esas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

jajajaja genial