Así como hay gente que rige su vida por la astrología, hay quienes, tal vez más excéntricos aún, lo hacen con otros parámetros. Es el caso la conchuda hormonal, una mujer que está convencida de que todo lo que le acontece se relaciona en forma directa a los vaivenes de su sistema endócrino. No conforme con sufrir el síndrome pre-menstrual que afecta al común de las conchudas, ella padece los 30 días del mes una amplia gama de síntomas que, asegura, signan su comportamiento de manera drástica e irremediable. En tanto la mayoría de las mujeres sólo se deprimen o sufren molestias los días previos al período, ella es capaz de experimentar, cada uno de los 365 días del año, un abanico de síntomas generadores de emociones variopintas. Si está ovulando dice que, además de tener distensión abdominal, se encuentra terriblemente proclive a la excitación sexual. Entonces, si tiene novio o marido, abusa de él durante 4 o 5 días con la lascivia de un preso, para pasar luego a la fase post-ovulación donde la calentura merma por completo y la hormonal comienza a sentirse indiferente y hasta un poquitín existencialista. “Todos vamos a parar al mismo tacho cuando morimos” o “La gente vive en el error”, son algunas de las frases con las que puede deleitar en esos momentos. Lo concreto es que esta mujer pasa sus días entre picos de histeria, alegría maníaca, ideas suicidas, energía desenfrenada y cansancio paralizante, pero jamás se hace cargo de ninguna de estas cuestiones porque ella no tiene la culpa. La culpa es de las hormonas. Así que si está triste sin razón, son las hormonas, si está exaltada y peleadora, también. A pesar de lo aterrador del cuadro psicológico de una conchuda de esta categoría, ellas suelen tener un tipo al lado. Por lo general, se trata de especímenes que conciente o inconcientemente poseen cierta voluntad de sufrir o la característica de ser “hombres ente”. Son aquellos tipos bastante indiferentes a todo, que viven en su propio mundo, impermeables a los impulsos cambiantes y perturbadores de su pareja. A favor de la hormonal, pueden decirse, sin embargo, varias cosas. Cuando sus hormonas se alinean (robamos vocablos a la astrología) puede llegar a ser una amante creativa y desprejuiciada y una compañera de juerga con el aguante de Guillermo Cóppola al Diego en sus años dorados. También resulta una trabajadora tenaz y rendidora. Pero si los astros –perdón- los estrógenos y la progesterona-, sufren los desórdenes habituales, la nostalgia de algo que no sabe bien qué es, las ganas de tener 8 años de nuevo y la firme intención de matar a su propio gato, constituirán nuevamente su vertiginosa realidad.
domingo, 21 de febrero de 2010
La conchuda hormonal
Así como hay gente que rige su vida por la astrología, hay quienes, tal vez más excéntricos aún, lo hacen con otros parámetros. Es el caso la conchuda hormonal, una mujer que está convencida de que todo lo que le acontece se relaciona en forma directa a los vaivenes de su sistema endócrino. No conforme con sufrir el síndrome pre-menstrual que afecta al común de las conchudas, ella padece los 30 días del mes una amplia gama de síntomas que, asegura, signan su comportamiento de manera drástica e irremediable. En tanto la mayoría de las mujeres sólo se deprimen o sufren molestias los días previos al período, ella es capaz de experimentar, cada uno de los 365 días del año, un abanico de síntomas generadores de emociones variopintas. Si está ovulando dice que, además de tener distensión abdominal, se encuentra terriblemente proclive a la excitación sexual. Entonces, si tiene novio o marido, abusa de él durante 4 o 5 días con la lascivia de un preso, para pasar luego a la fase post-ovulación donde la calentura merma por completo y la hormonal comienza a sentirse indiferente y hasta un poquitín existencialista. “Todos vamos a parar al mismo tacho cuando morimos” o “La gente vive en el error”, son algunas de las frases con las que puede deleitar en esos momentos. Lo concreto es que esta mujer pasa sus días entre picos de histeria, alegría maníaca, ideas suicidas, energía desenfrenada y cansancio paralizante, pero jamás se hace cargo de ninguna de estas cuestiones porque ella no tiene la culpa. La culpa es de las hormonas. Así que si está triste sin razón, son las hormonas, si está exaltada y peleadora, también. A pesar de lo aterrador del cuadro psicológico de una conchuda de esta categoría, ellas suelen tener un tipo al lado. Por lo general, se trata de especímenes que conciente o inconcientemente poseen cierta voluntad de sufrir o la característica de ser “hombres ente”. Son aquellos tipos bastante indiferentes a todo, que viven en su propio mundo, impermeables a los impulsos cambiantes y perturbadores de su pareja. A favor de la hormonal, pueden decirse, sin embargo, varias cosas. Cuando sus hormonas se alinean (robamos vocablos a la astrología) puede llegar a ser una amante creativa y desprejuiciada y una compañera de juerga con el aguante de Guillermo Cóppola al Diego en sus años dorados. También resulta una trabajadora tenaz y rendidora. Pero si los astros –perdón- los estrógenos y la progesterona-, sufren los desórdenes habituales, la nostalgia de algo que no sabe bien qué es, las ganas de tener 8 años de nuevo y la firme intención de matar a su propio gato, constituirán nuevamente su vertiginosa realidad.
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3 comentarios:
Muy buenooo!!! jajajaj!
plena identificación con este tipo de conchuda
todas somos este tipo de conchudas, vaaaamoos....
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