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lunes, 18 de enero de 2010

La iracunda



No se hace la mala por deporte ni por excentricidad, como tampoco por rebeldía. Las causas de su personalidad iracunda son algo ya casi imposible de definir, aunque seguramente la respuesta se halle en algún sitio impreciso entre lo neurológico y lo existencial. La gente, al verla, teme porque las maneras en las que demuestra su mal genio son múltiples y reiteradas. La reactividad de su carácter se aprecia, por ejemplo, cuando el semáforo tarda en cambiar, cuando le piden monedas en un comercio, cuando el colectivo no llega, cuando tiene que visitar a la madre, cuando vuelve de verla, cuando se olvida de algo, cuando se olvidan de algo, cuando hay sol, cuando hay nubes, cuando la vida misma sucede con toda su miseria y sinsentido minuto a minuto. Por ende, también es medio jodida. Siempre ve el vaso vacío, vive las 24 horas (dormida también y por eso rompió tres mordedores odontológicos) en guardia y, cuando nadie la ve, a lo Ale Sanz, hace visualizaciones. Se trata de imágenes de contenido sumamente negativo, en donde ella se ve a sí misma haciendo justicia por mano propia con todos los que alguna vez la molestaron. Así desfilan por esa pantalla mental maestras del primario, la madre y el padre, ex novios y marido actual, vecinos, comerciantes anónimos y, sobre todo, muchos taxistas, resabios de cuando gastaba fortunas en ese tipo de transporte. Sin embargo, y básicamente, la iracunda es sólo alguien que dice lo que piensa de la peor forma y en el peor momento. Es inapropiada su conducta hasta para dirigirse a un anciano. Espeta un “¿¿Qué hace abuelo??”, cuando algún jubilado le interrumpe el paso, con la lentitud y la falta de noción del entorno con la que suelen manejarse los viejitos. La Iracunda lleva años profesando una cotidianeidad de malos modos y caras de culo, anda siempre con bruxismo y ceño fruncido. Se enferma a menudo y la ira le agrega al cuadro algunos grados de fiebre. Su mal carácter tiene dos víctimas y a la vez motores muy claros ya mencionados anteriormente en este arrebatador perfil de personalidad: sus padres y, desde luego, la pareja de turno que resiste los sucesivos embates. Un hombre al que los padres de esta mujer que vive al borde de las piñas llaman “la víctima”, siendo este apelativo el único punto de coincidencia que tienen tras 29 años de divorciados. Afortunadamente, “la víctima” suele reírse y burlarse de las reacciones de su mujer, al contrario de lo que hacen los padres de ella quienes se enganchan con gusto en rencillas domésticas repetitivas que a veces rozan el dramatismo de una Opera de Puccini. La magia de su relación de pareja reside en la capacidad de él de tomarse la ira de ella con tanto humor, que está convencida de que duerme con un ser dotado de una superioridad moral y evolutiva jamás vistos. Otra teoría- que alterna o acompaña a la mecionada- es la de que tal vez la verdadera capacidad de él se asemeje a la de un visionario humano. Un mentalista que perfora las capas neuróticas de ella para conectarse directamente con su acomplejado, nervioso y tensionado corazón. Un corazón conchudo y ávido de amor. Un pedazo de carne y venas que le pertenece por completo, mal que le pese a ella.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Y si es buena chica ¿Qué tanta historia?

Anónimo dijo...

Y si es buena piba ¿Qué tanta historia?

Anónimo dijo...

el tema con estos personajes, es q los padecemos. y que podemos ser uno de nosotros/as también. santa paradoja! mis congratulas a las chiquis detrás de esto. cronistas de los desbarajustes emocionales de las mujeres del siglo xxi

Anónimo dijo...

No sé si el blog seguirá transitando estos carriles (siendo las responsables dos mujeres, quién puede saberlo), pero creo que la descripción coincide con algunas ideas que desde hace tiempo tengo sobre las mujeres: básicamente, que su figura está tan sobrevalorada como la del Ogro Fabbiani; y tal vez, empiezo a sospechar, que en lo que algunos definen como "los misterios insondables de una mujer, el arcano profundo que encierra el alma femenina" no hay más que una conchuda hecha y derecha.
Me parece que este post sobre la iracunda va en ese sentido.
Al margen, maravillosa fluidez narrativa, chicas, que me lleva a pensar algo parecido a lo que ocurre con los villanos de Batman una vez que los atrapan: "Si tan sólo hubiera usado su conchudez para el bien, en lugar de hacerlo para el mal..."

Anónimo dijo...

como se nota que el anónimo que hizo el comentario en donde menciona al ogro fabiani es HOMBRE

maia08 dijo...

Ah, por Dios... Anduve leyendo hacia atrás... ¡soy todas!

Ana María dijo...

Cuál es el problema si los odio a todos, hay que romper todo, socavar hasta morir, echar abajo egos y creencias, estoy re caliente, por qué tengo que poner buena cara, sólo porque soy mujer, señorita, damisela? Eh? Y no me vengan con que estoy hormonal, porque te re puteo dearribaabajo. Ok?